El
hábito de fumar, el sedentarismo, las dietas hipercalóricas y el consumo
excesivo de alcohol provocan obesidad, hipercolesterolemia e hipertensión. Existen
pruebas contundentes de que un estilo de vida saludable basada en el ejercicio
habitual, una dieta equilibrada, una tensión controlada y la abstinencia del
tabaco están asociados a una vida más larga y saludable
Por
consiguiente, es esencial identificar estrategias y planteamientos efectivos
que motiven el cambio y consoliden las nuevas conductas saludables adoptadas.