
“Una solución que reduce el desperdicio es
compartir una comida alrededor de la mesa”, apuntaba Gregorio Varela,
presidente de la Fundación
Española de la
Nutrición.
La
imaginación y la falta de recursos económicos han hecho que se vuelva a esa
dinámica de la cocina tradicional en muchos hogares españoles. Las técnicas
gastronómicas de las abuelas recuerdan a las muñecas rusas. De un cocido de
garbanzos apartan caldo para una sopa y preparan croquetas o unos canelones.